La farmacia como refugio emocional (aunque no figure en ningún protocolo)La farmacia como refugio emocional (aunque no figure en ningún protocolo)La farmacia como refugio emocional (aunque no figure en ningún protocolo)
Hay pacientes que entran a la farmacia sin mirar los expositores. Van directos al mostrador.
No preguntan por un producto. Preguntan:
“¿Puedo comentarte una cosa?”
El espacio que nadie planificó
La farmacia se ha convertido, sin pretenderlo, en uno de los pocos lugares donde alguien puede hablar de su salud sin cita previa, sin juicio y sin prisa extrema.
Soledad, ansiedad, miedo, dudas…
No siempre se verbalizan como tales, pero están ahí.
El límite entre escuchar y cargar
El farmacéutico no es terapeuta.
Pero tampoco es un robot dispensador.
Escuchar sin absorber, acompañar sin invadir y contener sin agotarse es una de las habilidades más complejas del día a día farmacéutico.
Cuando la confianza se construye en silencio
Muchos pacientes vuelven no por el producto, sino por la sensación de haber sido escuchados.
Eso genera fidelidad, pero sobre todo dignifica la profesión.
La farmacia es, para muchos, un refugio cotidiano.
Reconocer ese rol ayuda a ejercerlo mejor… y a protegerse emocionalmente.

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